Si en la primera parte de este post abordábamos qué era una limpieza facial, su importancia y sus beneficios, así como el orden a seguir en sus pasos para conseguir los mejores resultados, en esta segunda parte ponemos el foco en cómo adaptar la rutina de cuidado a un tipo de piel específico.
Cada tipo de piel tiene unas necesidades distintas. Una piel grasa, una piel seca, una piel mixta, una piel sensible y una piel madura no podrán utilizar los mismos productos porque presentan condiciones diversas.
Por supuesto, en la base todas deberán preocuparse por la limpieza e hidratación del rostro, atacar problemas específicos con los productos de tratamiento adecuados para ello y protegerse de la radiación solar. Pero a continuación presentamos algunas recomendaciones específicas para cada tipo de piel:
Rutina skincare piel grasa
Parece haber un consenso generalizado en que las pieles grasas necesitan únicamente productos astringentes que sequen la piel y eliminen cualquier inicio de brillos en el rostro.
Lo que es importante conocer, sin embargo, es que si solo utilizamos productos que quiten la hidratación de nuestra piel el cuerpo actuará generando más grasa, más brillos, para contrarrestar el efecto de nuestros propios actos.
Un equilibrio entre productos que eliminen la grasa y productos hidratantes es clave para conseguir una rutina de cuidado facial idónea. Asimismo, optar por productos con formato en gel en lugar de un formato en crema (por norma general más densos) es recomendable para una rutina en la que se absorban más rápidamente los productos sin provocar sensación de pesadez.
Nuestras recomendaciones para pieles grasas
Rutina skincare piel seca
Por el lado contrario, el principal problema de las pieles secas es conservar la hidratación en el rostro. Por ello, la clave para las rutinas de cuidado facial en pieles secas es optar por productos muy humectantes que consigan hidratarlo y mantenerlo en ese estado.
Del mismo modo, son preferibles los productos en crema a los productos en gel, precisamente por la densidad que presentan y la sensación de hidratación que aportan a nuestra piel. Frente a los productos en gel, los productos en crema presentan una mayor densidad y, aunque tarden más en absorberse, nuestra piel lo agradecerá.
En el mismo camino, el uso de productos de tratamiento con retinol (no recomendado para las pieles sensibles), ácido hialurónico y aceites esenciales será clave para completar una rutina de limpieza adecuada para las pieles secas.
Nuestras recomendaciones para pieles secas
Rutina skincare piel mixta
Normalmente, cuando hacemos referencia a una piel mixta estamos hablando de una piel con brillos en la zona T y deshidratada o normal en la zona de las mejillas.
Como en el caso de la piel grasa, un equilibrio entre productos que ataquen la grasa en las zonas que lo necesiten e hidraten el resto es indispensable para el éxito de una rutina de cuidado en este tipo de pieles.
Por ejemplo, una limpieza adecuada en el caso de las pieles mixtas puede centrarse en limpiadores más potentes que ataquen la suciedad del rostro en profundidad, los residuos de maquillaje acumulados durante el día y los efectos sobre nuestra piel de la contaminación.
A la hora de llegar a los productos de tratamiento, sin embargo, podremos optar por elegir tónicos, sérums y cremas que nos ayuden a recuperar la hidratación perdida durante este primer paso de la limpieza (por lo general más agresivos que los limpiadores normales) y mantengan en equilibrio las zonas más secas y deshidratadas de nuestro rostro.
Debemos optar por productos libres de aceites y no comedogénicos, centrados en regular los brillos y el sebo de la piel, no obstruyan los poros y mantengan la piel hidratada.
Nuestras recomendaciones para pieles mixtas
Rutina skincare piel sensible
Las pieles sensibles necesitan productos formulados con ingredientes naturales destinados a calmar la piel y libres de perfumes, colorantes y alcoholes que puedan provocar alergias y alteraciones.
Una de las claves a la hora de actuar con una piel sensible es tener siempre en mente la suavidad. Lo adecuado, por ejemplo, es optar por una limpieza suave que nos ayude a retirar las impurezas de nuestro rostro con facilidad.
En este sentido, además, es necesario tener en cuenta que no necesitamos ejercer una gran presión sobre nuestro rostro para conseguir unos buenos resultados. Tratar nuestra piel sensible con mimo para evitar la aparición de rojeces, picores e irritaciones debe ser nuestra prioridad.
Otra clave: menos es más.; sobrecargar nuestra piel de productos generará en el rostro una mala absorción y asimilación de los mismos, generando el efecto contrario al esperado sin conseguir resultados.
Hay todo un mundo dentro del campo de la cosmética adaptado y preocupado por el cuidado de las pieles sensibles a tu disposición. Normalmente, además, se centra en productos tipo bálsamo frente a los productos en crema, por su alta concentración en aceites con perfiles lípidos similares a los de la piel, evitando la alteración de su pH, y ricos en antioxidantes.
Nuestras recomendaciones para pieles sensibles
Rutina skincare piel madura
El objetivo de las rutinas de cuidado facial para pieles maduras es atacar la aparición de las primeras líneas de expresión, combatir la flacidez y preservar la firmeza de la piel.
En la búsqueda de nuestros productos de cuidado de la piel, tendremos que buscar fórmulas y formatos ricos en ingredientes hidratantes que combatan la sequedad del rostro y la pérdida de hidratación.
En el mismo sentido, optar por introducir productos como el retinol, los ácidos exfoliantes o la vitamina C nos ayudarán a mantener un aspecto de la piel joven y saludable tanto por dentro como por fuera, trabajando aspectos como la firmeza y la regeneración de la piel.
Nuestras recomendaciones para pieles maduras
Errores comunes al seguir una rutina de cuidado de piel y cómo evitarlos
Partiendo de las diferentes opciones para los diferentes tipos de piel podemos afirmar, entonces, que los errores principales a la hora de establecer una rutina de cuidado de la piel son:
No conocer nuestro tipo de piel
El desconocimiento de nuestro tipo de piel nos puede llevar a adquirir productos que no se ajustan a nuestras necesidades. ¿Cómo lo evitamos? Consultando a un profesional y acudiendo a los expertos.
Falta de constancia
Los resultados de una buena rutina de cuidado de la piel no son inmediatos, no existen las “fórmulas milagro”. Como su propio nombre indica, la rutina del cuidado de la piel implica dedicación y tiempo. Concretamente dos veces al día: por la mañana y por la noche.
Saltarse pasos en la rutina de cuidado facial
La rutina de limpieza y cuidado facial tiene un orden marcado para conseguir los mejores resultados. Conoce cada uno de los pasos y aplícalo en el orden correcto para sacar el máximo beneficio de cada uno de los productos.
Limpieza, tratamiento e hidratación son los tres grandes bloques a seguir. De nada sirve hidratar y poner sobre nuestro rostro productos de tratamiento si después todo nuestro trabajo va a desperdiciarse por aplicar en el orden incorrecto una doble limpieza que acabe con todo.
Del mismo modo, olvidarse de la limpieza y/o de la protección solar hará que nuestra rutina de skincare quede incompleta.
Abuso del exfoliante y las mascarillas
Hay dos pasos dentro de la rutina (la exfoliación y el uso de mascarillas hidratantes) que aún formando parte de la misma no se deben utilizar todos los días.
Exfoliamos nuestra piel para eliminar impurezas, células muertas y mejorar la absorción de los productos que vienen a continuación. Sin embargo, el uso diario del exfoliante provocará problemas como la alteración de la función barrera cutánea, que tal y como indican los expertos dermatólogos de LETIDerma, nos protege frente a los rayos ultravioletas, regula la temperatura y la humedad en nuestro rostro. Esta alteración provoca la aparición de irritaciones y quemaduras.
En un sentido parecido, el uso de una mascarilla no debe de ser diario, pues se trata de un plus: un chute de hidratación que normalmente conlleva que haya productos que no sea necesario utilizar precisamente porque nuestro rostro ya ha conseguido los niveles de hidratación que necesita. Abusar de la mascarilla significa también sobrecargar nuestra piel.
No usar la protección solar en invierno
Las personas estamos expuestos a la radiación solar los 365 días del año, no solo en verano. Por ello, es necesario utilizar protección solar cada día, pues incluso los días nublados necesitamos fotoprotección frente a los rayos UV.
Beneficios a largo plazo de seguir una rutina de cuidado de piel adecuada
Los beneficios de seguir una rutina de cuidado facial, por tanto, incluyen una piel más saludable por dentro y por fuera, más joven, más flexible y más hidratada. En general, un rostro suave, con mejor aspecto y con un brillo que sale del interior.
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